Comuna Urbana en el barrio de Bellas Vistas. Madrid

La parcela del proyecto se encuentra estratégicamente situada junto a un nodo de comunicaciones metropolitano como es Cuatro Caminos.
Por esto, el proyecto adquiere el carácter de puerta de entrada al barrio de Bellas Vistas el cual se enfatiza abriendo la manzana y generando un espacio público atravesable.

Se conservan los dos grandes accesos existentes en el solar y se abren dos nuevos accesos que dan continuidad en el espacio público conectando los equipamientos existentes con el nuevo espacio. Aunque estos accesos son de carácter peatonal, el que está ubicado sobre la calle Almanza también

genera la entrada vehicular a la zona de aparcamiento subterráneo y el otro sobre la calle Dr. Santero puede usarse como un acceso vehicular restringido para bomberos.

IMPLANTACIÓN

La división parcelaria existente y la red de patios interiores generan una trama hacia el interior de la manzana. Es una trama simple de llenos y vacíos prolongada sobre el gran patio interior y que genera la estructura del proyecto dividiendo ese gran espacio y creando una geometría que permite la interacción entre lo existente y lo nuevo. Esta trama puede leerse como un código de barras o un sistema de bandas que funcionan como raíles sobre los que se suceden actividades.

Los nuevos volúmenes se adosan a las medianeras existentes, generan patios entre la nueva construcción y la existente, o se relacionan a través de la prolongación de los patios ya existentes, teniendo en cuenta las condiciones de ventilación e iluminación de los edificios.

LA COMUNA

En el barrio, tradicionalmente de clase obrera y de inmigrantes, se ha concentrado un tipo de población que por su condición social, laboral, temporal, etc., exige pensar en un tipo de residencia no convencional, coherente con su modo de vida y que garantice una relación entre el grupo y la ciudad.

Por eso el planteamiento de una comuna urbana para un colectivo en el que predominan la individualidad, la heterogeneidad y que adopta un tipo de vida doméstica errante generada por la inestabilidad laboral.

La vivienda se plantea desde la diversidad y la individualidad donde la convivencia es reemplazada por la cohabitación. Esto hace que se generen distintos niveles de privacidad y de apropiación de los espacios.

Existe un primer nivel de espacio privado servido por espacios comunes de aseo, estancia y alimentación. Un segundo nivel donde se encuentra lo común, aquí se comparte el acceso a ser

vicios para los habitantes del conjunto (estancias, lavanderías, cocinas y comedores comunales). Estos espacios están entretejidos con las células residenciales para enfatizar el carácter del proyecto. El tercer nivel es en el que predomina lo público. Es el nivel permeable a la ciudad y donde se produce el intercambio. En este último se localizan talleres, espacios de trabajo, de reunión, de exposición y de descanso.